Cómo verán y a pesar de que tuvieron que sacar parte del músculo de mi pata trasera, mi voluntad y fortaleza no me impide subirme a los sillones, al lado de mi amiga y mi hijo y seguir jugando como siempre. Milagros de Dios que son inexplicables y de un exelente Veterinario que me ama tanto como mis dueños.
Hoy comenzamos el Jardín de Infantes